lunes, 29 de mayo de 2017

Canadá, Nueva Escocia.


El día 8 de mayo del 2017 llegamos a Halifax en un vuelo procedente de Madrid. Nada más aterrizar llevamos la documentación del camión a nuestro agente para que empezara los trámites con aduanas.







Esto llevara un par de días que dedicamos a hacer turismo por esta ciudad moderna que combina una arquitectura vanguardista con sus históricas casas de madera junto a un bullicioso puerto y bellos parques.







Fue fundada en 1749 y posee una larga historia aventurera, ya que fue el lugar al que los piratas o corsarios llevaban los barcos capturados. Hoy cuenta con una población de 400.000 habitantes y uno de los puertos más importantes de Canadá en el Atlántico.







En lo alto de una colina se alza la enorme fortaleza de la Ciudadela.







Custodiada por el regimiento con uniforme escocés de los 78th Highlanders.







En el interior hay un museo conmemorativo de las guerras en las que ha participado Canadá.







Por fin recogemos el camión y empezamos nuestra nueva aventura en un nuevo continente.







Un atractivo paisaje costero y pintorescos pueblos jalonan esta región.










A lo largo de la ruta encontramos numerosos parques regionales, donde están muy bien señalizadas diversas rutas a pie y además son un excelente sitio para pasar la noche.







Desde que llegamos el tiempo está muy frio y nuboso, algunos días la temperatura no pasa de 4º y casi todos los días llueve. Continuamente cruzamos ríos muy caudalosos.







La costa sur de Nueva Escocia es muy accidentada, se suceden cabos, bahías y como en este caso profundos fiordos que solo se pueden salvar cruzando en pequeños ferris.










Los canadienses deben de ser muy aficionados al camping, ya que a menudo vemos aparcados junto a sus casas enormes caravanas.







En el noreste de la región se encuentra la isla Cabo Breton, y en medio de ella el enorme lago Bras D’Or, que es reserva de la biosfera. Unas esclusas lo comunican con el mar.




Por la carreta que discurre junto al lago cruzamos numerosos pueblos y como el tiempo sigue igual de frio y brumoso, estos parecen desiertos.







La ciudad más importante de la isla es Sidney y se asienta en un profundo fiordo, de donde salen los ferris para cruzar a Terranova, tierra de pescadores, vikingos y leyendas.




En el puerto coincidimos con otros viajeros americanos que iban hacia la isla.




La travesía de 160 km. dura entre 6 a 8 horas y cuesta para un vehículo entre 20 y 30 pies (el nuestro es de 25 pies) 118 euros, más 30  por persona.










A última hora de la tarde arribamos al Puerto de los Vascos en Terranova.







Ahora estamos alrededor de los 50º norte y las condiciones climatológicas son un poco más duras. Aquí la primavera todavía no ha llegado.







Por la nacional uno de Terranova nos dirigimos hacia el norte. Nuestro primer destino es el Parque Nacional Gros Morne, a unos 220 km. El paisaje está dominado por los bosques.








Mapas del recorrido.







Filopensamientos y otras cosas……………….

La primera apreciación que sacamos de Canadá es que geográficamente es muy parecida a los países Escandinavos. Esta naturaleza al igual que aquella, está dominada por la taiga y la tundra, grandes extensiones de bosques salpicados por infinitos lagos y caudalosos ríos.

Pero hay algo que en este país sobresale por encima de todos los que hemos conocido y es su carácter abierto, su sencillez, su educación….que hace que desde el primer momento que pisas esta tierra te sientas como uno más de ellos.

Viniendo de Europa donde nadie saluda a un desconocido, aquí con su carácter extrovertido, es todo lo contrario, todo el mundo saluda, te pregunta de dónde vienes y a dónde vas, nos felicitan por el camión que para ellos es muy extraño, incluso cuando vas conduciendo saludan otros conductores.


viernes, 19 de mayo de 2017

Regreso a casa.


Han pasado cinco años desde que iniciamos esta vuelta al mundo en septiembre del 2011 y nuestro Iveco Magirus necesita una revisión seria. Pensábamos hacerla en Polonia, pero no es fácil encontrar los recambios que necesitamos y creemos que es mejor llevarlo a España.
De Polonia cruzamos a la Republica Checa.










Aunque vamos rápidos camino de casa, en Austria nos detenemos unos días cautivados por la belleza de sus paisajes.










Y sus cuidados pueblos medievales rodeados de viñedos.







Para los camiones es un problema hacer turismo en Europa, en la mayoría de las carreteras está prohibida la circulación de vehículos de más de 3500 Kg., desviándonos siempre hacia las autopistas.










En República Checa y Austria es necesario para circular llevar un dispositivo de telepeaje, distinto en cada uno.







El caso de Suiza es diferente. En la frontera de Liechtenstein , un policía muy amable nos explica que para circular con nuestro vehículo había que pagar un canon por días de estancia. Se paga en la misma frontera y se acaba el problema. En todas las demás fronteras, NADIE te informa de las normas de pago por el uso de sus carreteras.










Los paisajes suizos son de una incuestionable belleza, las praderas verdes salpicadas de casas de colores y las altas montañas reflejándose en los lagos.
















Ya en Francia pasamos por Grenoble para estar unos días con nuestros tíos Tili y Paco.







Con ellos recorrimos la ciudad y sus alrededores.










 Cruzamos la frontera española y tuvimos mucha suerte de que no nos parara la guardia civil hasta nuestra llegada a Cartagena, ya que el camión no había pasado ninguna ITV desde que salimos hace cinco años.
Después de unos meses en España, donde hemos puesto a punto nuestro camión y preparado el salto para su traslado a América de nuevo nos ponemos en marcha.




En Murcia quedamos para despedirnos de nuestro amigo Xavi, que sale al encuentro con su recién pintado Unimog.




Cruzando España hacemos un poco de turismo. Es Semana Santa y paramos en Cuenca.







En Francia aunque no queremos circular mucho por las autopistas, por lo caras que son, nos vemos obligados por la limitación de los camiones por otras carreteras.







En Bélgica, de nuevo tenemos que comprar un aparato de tele peaje para circular. En la terminal 1333 del puerto de Amberes dejamos el camión para su traslado en barco a Halifax, Canadá.







Mapas de recorrido.







Filopensamienos y otras cosas………….

Enviar el camión desde Amberes a Halifax resulto un poco complicado para nosotros que desconocíamos los trámites necesarios para ello.

Primero hay que contactar con un consignatario de buques para que te haga la reserva en un barco. En nuestro caso fue M-Star Freight Services B.V. y nuestro contacto fue Peter Terhorst en el email peter@mstarfreight.com

Para hacer la importación temporal del camión es necesario, en el caso de Canadá, tener el “Carnet de passage en douane”. Que se obtiene en el R.A.C.E.

También es imprescindible hacer un seguro del camión americano, ya que el europeo no es válido allí. Nosotros lo hicimos con Thum Insurance Agency L.L.C. que fue el único que quiso hacerlo. La persona de contacto fue Sue Blood en el email sue@thuminsurance.com

El vehículo hay que mandarlo limpio y vacio de cualquier tipo de alimento.

El costo del envío para nosotros fue:

El camión de dimensiones 740 X 245 X 350 cm.  Flete   3.025 euros.

Gastos de puerto, aduana y agente en Halifax    929 euros.

El seguro americano para 6 meses  1.310  euros.

PD. Aunque nos aseguraron que nadie tocaría nada, a nosotros nos robaron una bolsa de viaje de la cabina.