lunes, 23 de enero de 2017

Noruega, las islas Lofoten.


Al sur de las islas Vesteralen se encuentran las islas Lofoten, uno de los destinos más visitado por los turistas en Noruega.




La fama de estas islas es reconocida por la espectacularidad de los acantilados de sus fiordos que configuran pequeñas y recónditas ensenadas, con algunos pueblos encantadores.







Nosotros seguimos ascendiendo a pie los senderos que nos llevan a esas cimas donde contemplar las mejores panorámicas.







Cuando se retira la marea, al final de algunos fiordos aparecen grandes y suaves playas. Están señalizadas como zona de baño, aunque no sabemos en qué época del año será, ahora en agosto seguimos con el forro polar puesto.




Un estilizado y elevado puente da acceso a la pequeña isla de Henningsvaer.




En invierno se dedican a la pesca y secado del bacalao, transformándose en verano en un pueblo turístico.







Una de las tiendas del pueblo la regenta un español y nos comenta que a estas islas se las conoce como el Caribe noruego, pues debido a las corrientes marinas la temperatura no baja de cero grados.







Por las calles encontramos puestos de venta donde no hay nadie, tú te sirves y pagas, como estos coloridos caparazones de erizos. Fuera de estos países escandinavos es totalmente inimaginable.




Poco queda en Noruega de su pasado que no esté dentro de un museo, parece que todo se haya construido en los últimos diez años. Los tejados tradicionales cubiertos de musgo prácticamente han desaparecido aunque algunas casas modernas los vuelven a utilizar.




Junto a la costa, los esqueletos de los secaderos de bacalao, esperan el comienzo de la temporada. Todos los inviernos, la corriente del golfo trae al helado océano Ártico a los bacalaos que acuden a desovar desde el mar de Barents.




Aunque el volumen de bacalao haya menguado drásticamente en los últimos años, la pesca sigue siendo el mayor sector económico de Lofoten junto con el turismo.







La espectacularidad de los acantilados es el rasgo más significativo de estas islas.







Después de nuestro recorrido por ellas, regresamos a Svolvaer, la principal población de la zona con un puerto muy activo.










Desde aquí cogemos el ferri que nos cruza a Skutvika en el continente a unos 40 km. Para un camión de hasta 7 metros pagamos 100 euros.







El barco hace escala en la isla Skrova y desde él tenemos otra perspectiva de las islas.










 Después de dos horas y cuarto de navegación llegamos a Skurvika.




En un país tan avanzado y rico como Noruega, no entendemos como las carreteras son tan estrechas, quizás sea por no dañar más la naturaleza.




El placer añadido de viajar en tu propia casa es que puedes elegir las mejores vistas.




Todos los pueblos noruegos están muy cuidados y limpios, los jardines perfectos, las casas pintadas…….







Cuando nos adentramos en los bosques, en esas caminatas que forman parte de nuestro día, vamos probando y recolectando distintos frutos silvestres que aparecen en esta época del año.










Muy cerca, por nuestra ruta, de la frontera sueca se encuentra el parque nacional Junkerdal. Aquí todos los edificios están totalmente integrados.







El moderno centro de visitantes con información del parque y su vida salvaje, también acoge una exposición de arte contemporáneo.













Uno de los senderos remonta el valle paralelo al rio Junkerdal.










Hace frio y cae una llovizna que poco a poco nos va calando, pero la belleza del camino y la espectacularidad de los puentes colgantes hacen que nos olvidemos del mal tiempo.







Junto al centro de interpretación del parque se encuentra una representación de las casas típicas construidas en madera y con tejados de musgo.




También las viviendas que utilizaban los primeros pobladores samis, cabañas cubiertas de tierra y musgo, así como sus graneros elevados.




Aquí termina nuestro recorrido por el norte de Noruega, cruzando la desierta frontera sueca.







Mapas de recorrido.







Filopensamientos y otras cosas……….

Con el final de la última glaciación, hace 11 mil años, llegaron los primeros pobladores a Noruega. Cazadores, recolectores, procedían de Siberia siguiendo a las manadas de renos.

Los vikingos dominaron estas tierras desde el año 793 hasta el 1263, asentándose en la península escandinava, así como en las islas Shetland, Orcadas y Hébridas, llegando hasta Groenlandia. Por el sur sus saqueos llegaron hasta Galicia.

En 1380 Dinamarca se anexiono Noruega formando una unión que se mantendría por más de 400 años y en 1814 la cedió a Suecia.

El movimiento nacionalista creció hasta conseguir la convocatoria de un referéndum constitucional en 1905.

Desde entonces se reconoce la soberanía de Noruega y se re-instaura una monarquía constitucional con Haakon VII en el trono, reinando hasta hoy sus descendientes.


1 comentario:

  1. Buenos recuerdos de Svolvaer y Henningsvaer de hace muy poquito.

    Un abrazo.

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