lunes, 28 de noviembre de 2016

Rusia, Moscú y el anillo de oro.


A finales de julio dejamos Vladimir, doscientos kilómetros después, rumbo oeste, llegamos a Moscú.







Casi 8.000 km. y 50 días nos ha llevado cruzar desde la frontera mongola a la capital rusa. Entramos directamente al camping Sokolniki, el único de la ciudad. Allí coincidimos con una familia alemana y un simpático grupo de moteros checos. (N55 48 59.8 E37 40 40.1)







El camping se encuentra en el parque Sokolniki en el segundo anillo de circunvalación de la ciudad y con buen acceso al centro.







A la salida del metro nos encontramos con las cuidadas plazas y jardines que rodean su histórico casco antiguo.







La Plaza Roja, así llamada por el color del granito utilizado en algunos de los edificios que la circundan, fue creada por Iván III, para evitar los continuos incendios de las casas de madera alrededor del Kremlin.




Está flanqueada por las murallas del Kremlin al oeste, los almacenes GUM al este y la catedral de San Basilio al sur.







La catedral de San Basilio fue construida en 1.555 para rememorar el triunfo del Zar Iván el Terrible sobre Kazán, el último baluarte tártaro. Es el monumento más espectacular construido en su reinado y la leyenda afirma que el Zar mando sacar los ojos a los arquitectos para que no repitieran semejante maravilla.







El interior con una distribución aparentemente anárquica, consta de nueve capillas ricamente ornamentadas, con frescos que cubren bóvedas y paredes, del siglo XVI.







El Kremlin de Moscú se alza sobre una pequeña colina de 40 m. de altura y lo rodea una muralla de dos kilómetros. Se construyo en 1.156 en madera y después de sucesivos incendios, Iván III lo mando construir en piedra blanca.







Dentro de las murallas se encuentran diversos edificios civiles como el senado, el arsenal, el palacio de congresos….y numerosos iglesias.







La catedral del arcángel San Miguel acoge los sepulcros de los grandes príncipes y zares rusos. La necrópolis tiene más de 50 enterramientos que se realizaron entre los años 1.340 y 1.730.







En el interior del Kremlin destacan las iglesias con sus imponentes cúpulas doradas y sus interiores ricamente pintados por los mejores artistas de su tiempo.










Después de un paseo por el centro del Moscú, terminamos con la visita a los conocidos almacenes GUM.







Unos días más tarde salimos hacia el noreste, siguiendo el anillo de oro. A unos 60 km. llegamos a la ciudad de Sergeiv Posad.







El anillo de oro es un conjunto de ciudades medievales que se extienden hacia el noroeste de Moscú, que conservan la riqueza patrimonial de los principados rusos.







Sergeiv Posad posee un importante conjunto monumental. El Monasterio de la Trinidad y San Sergio de los siglos XV – XVIII, son Patrimonio de la Humanidad.







Al entrar en la catedral, uno queda inmerso en una atmosfera lóbrega y vaporosa de incienso. Numerosos creyentes ortodoxos esperan su turno para arrodillarse y besar las reliquias de San Sergio de Radonezh.




En las iglesias y conventos ortodoxos, observamos una estricta liturgia, una riqueza ornamental y una participación muy devota de sus creyentes.







La siguiente ciudad en la ruta es Pereslavl-Zalessky unos 65 km después.




Sus monumentos más antiguos datan de su fundación en 1.152, enclavados como siempre en una colina que domina esta pequeña ciudad de 45.000 habitantes.







Desde la caída de la Unión Soviética ha vuelto a resurgir con mucha fuerza el fervor religioso, que ha llevado a la restauración de monasterios e iglesias, que durante la época comunista fueron utilizados para fines civiles.










Siguiendo el inmenso patrimonio del anillo de oro, llegamos a la soñolienta ciudad de Rostov y aunque en la actualidad solo cuenta con unos 33.000 habitantes, en el siglo XIII fue capital de uno de los principados rusos más prominentes.







Devastada y saqueada por los mongoles en los siglos XIII y XIV. Durante el mandato del obispo Iona Sysoyevick en el siglo XVII se construyo el Kremlin, considerado el más fino después  de Moscú.







La grandiosidad del mismo no solo se queda a las puertas, sino que aumenta la penetrar en el recinto amurallado que acoge catedrales, iglesias campanarios y torres de estilos muy variados de la arquitectura religiosa rusa.







Uno se siente abrumado ante lo recargado del interior de las iglesias magníficamente pintadas y decoradas.







Alguna de las iglesias se ha convertido en museo y se pueden apreciar los impactos de las balas producidos durante la época soviética.




Mapas del recorrido.







Filopensamientos y otras cosas……………..

Las ciudades conocidas como el anillo de oro se extienden alrededor de Moscú y fueron fundadas durante el feudalismo zarista en la Edad Media.

En el siglo XI Vladimir I adopto el catolicismo como religión oficial en sus dominios.

La iglesia ortodoxa contribuyo decisivamente en la formación de la identidad colectiva del pueblo ruso a través del movimiento monástico. Es decir, la fundación de monasterios que no solo actuaban como centros religiosos, sino también intelectuales, políticos y de defensa.

En 1913, con la llegada de Stalin, el destructivo Zar Rojo y su dictadura del proletariado, con su famosa consigna “la religión es el opio del pueblo”, todos estos centros caen en desgracia. Sus religiosos son asesinados o deportados a los gulag de Siberia. Muchos monasterios e iglesias son destruidos o reutilizados para fines civiles.

Con la llegada del liberalismo económico y la democracia con Gorbachov, en 1991, el fervor religioso regresa como un fenómeno social.


Todos los edificios que permanecieron en pie han sido restaurados y representan una parte muy importante del patrimonio cultural y arquitectónico ruso.