A unos 40 km. de la ciudad de Xi’an se encuentra uno de los
hallazgos arqueológicos más famosos del mundo, Los Guerreros de Terracota.
Como viene siendo habitual en este país, enormes aparcamientos y accesos, nos conducen
a monumentales edificios, que albergan las distintas fosas donde se encuentran
los guerreros.
Este silencioso ejercito subterráneo de miles de soldados a
tamaño natural, lleva montando guardia ante la tumba del primer unificador de
China, desde hace más de dos milenios.
Parece ser que Qin Shi Huang tenía pánico a que los espíritus
de sus víctimas le esperaran en la otra vida o, como supone la mayoría de
arqueólogos, esperaba que su reinado prosiguiera en la muerte.
Su descubrimiento fue del todo fortuito. En 1974, unos
campesinos que cavaban un pozo, descubrieron una cámara subterránea que contenía soldados y caballos de terracota
en formación de batalla.
Continuando nuestra ruta hacia el norte, a mitad de camino
entre Xi’an y Linfen, cruzamos el rio Amarillo.
En las orillas de este rio, como en casi todas las ciudades de
China, se han creado grandes espacios para el esparcimiento de mayores y
pequeños.
El paseo por sus riberas se extiende a lo largo de varios
kilómetros entre jardines, embarcaderos y plazas.
Al día siguiente, otros 170 km. de autopista, nos conducen a
la ciudad amurallada antigua mejor conservada del país, Pingyao.
Las murallas fueron construidas en 1370, tienen diez metros de
altura y una circunferencia de 6 km. La puerta occidental todavía conserva un
tramo del camino original donde se aprecia la profunda huella de las ruedas de
los carros.
Atrás dejamos la vieja ciudad y por las modernas autopistas
continuamos hacia el norte. Nos vemos forzados a utilizar estas vías rápidas
porque son muchos kilómetros a recorrer y por las carreteras nacionales, con su
intenso tráfico, no nos daría tiempo.
A lo largo de todo el país y en todas las poblaciones que
cruzamos, vemos barrios enteros de altos edificios de nueva construcción, la
mayoría de ellos sin habitar. Nuestro guía Toni nos explica que los están construyendo
los nuevos empresarios, pero su precio es tan alto que pocos pueden pagarlo.
Nuestra siguiente parada, para pasar la noche, es la ciudad de
Yuanping. Enseguida, un nutrido grupo de curiosos nos rodea, se quieren fotografiar con nosotros y nuestros
camiones.
Muy cerca de esta ciudad siguiendo nuestra ruta, visitamos uno
de los muchos tramos que conforman la Gran Muralla China.
No queríamos visitar uno de esas zonas rehabilitadas de la
muralla, donde de nuevo nos veríamos rodeados de multitud de turistas.
Fue uno de los días que mas disfrutamos en esta encorsetada
China, que nos permitió realizar una excursión de varias horas recorriendo
estas ruinas de más de dos mil años de antigüedad.
Es la mayor obra de ingeniería china y serpentea
caprichosamente desde sus dispersos restos manchúes en la provincia de Liaoning
a los escombros azotados por el viento en el desierto de Gobi.
Comenzó a construirse
durante la dinastía Qin para evitar los saqueos de las tribus nómadas del
norte. La muralla cumplió con sus cometido en ocasiones, pero a la larga
fracaso como línea de defensa impenetrable. Gengis Kan comento con ironía: “la
firmeza de una muralla depende del valor de los que la defienden”.
Desde lo alto de la muralla descubrimos a sus pies el pequeño
pueblo de Jiuguangwu, totalmente amurallado. Una joya del pasado sin convertir
todavía en atracción turística.
Ya estamos en el tramo final de nuestra travesía por China.
Ahora llegamos a Datong, la última ciudad importante de nuestro recorrido.
Alrededor de este lago artificial encontramos una serie de
grandes edificaciones de diseño futurista que llama poderosamente la atención.
Sobre todo porque están a medio terminar y abandonados.
El color verde desaparece y las arenas del desierto cubren los
campos, haciendo cada vez más difícil la supervivencia en estas tierras.
Dos días más tarde y 480 km. desde que dejamos Datong,
entramos en la ciudad fronteriza de Erenhot. A ambos lados de la carretera
numerosas figuras de dinosaurios decoran el desierto.
Normalmente las ciudades fronterizas son decadentes y
caóticas, sin embargo Erenhot es una ciudad moderna y con todos los servicios.
Con nuestros amigos austriacos celebramos la despedida de
China ya que por fin, al día siguiente seriamos libres de nuevo.
Filopensamientos y otras cosas……………..
La sociedad china se basó durante los dos milenios pasados en
el confucionismo.
Es una filosofía humanista que busca la armonía y el bien
común, destacando la importancia de la educación y el respeto por los mayores.
Confucio nació en el siglo VI a.C. y se considera el primer
filósofo humanista de China al defender la moralidad (humanidad, rectitud y
virtud) y el culto de uno mismo como base para el orden social.
Aunque el confucionismo ha cambiado a lo largo de los siglos,
mantiene algunas de sus ideas principales, concretamente el énfasis en el
respeto a las cinco relaciones jerárquicas básicas en ambos sentidos:
padre-hijo, señor-súbdito, marido-mujer, mayor-joven, amigo-amigo.
Confucio creía que si cada individuo cumplía con su cometido
se alcanzaría el orden social
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