Desde nuestra entrada a la península malaya, hemos viajado por
la costa oeste del país buscando playas solitarias y parques naturales, pero lo
que hemos encontrado han sido bulliciosas ciudades, carreteras saturadas de
tráfico y muy pocos espacios naturales. Ahora iniciamos el regreso por la costa
este esperando que sea más tranquila.
Una magnifica autopista cruza la península. El centro del país
está dominado por la jungla y las extensas plantaciones de palmeras y arboles
del caucho.
Nuestro primer encuentro con el Mar de China, cerca de la
población de Kuantan es bastante prometedor, por fin un paraje natural libre.
Un pequeño poblado de pescadores en la desembocadura de un
rio.
Las lluvias monzonicas castigan con especial virulencia esta
costa manteniéndola más virgen y menos poblada.
En Malasia, al igual que en todo el sureste asiático, se vive
de espaldas al mar y son pocos los que se bañan, aunque totalmente vestidos,
unos por el sol y otros por motivos religiosos.
Para nosotros darnos un baño para mitigar el fuerte calor, en
una playa solitaria, es todo un lujo.
La carretera discurre paralela a la costa.
Kuala Terengganu es la capital de la provincia y sede de los
sultanes de Terengganu. Fue una aldea pesquera hasta que los ingresos
procedentes de los pozos petrolíferos del Mar de China meridional la
convirtieron en una prospera población. La Masjid Tengku Tengah Zaharah es
conocida como la mezquita flotante.
Las playas que se extienden al norte son las más bellas que
hemos encontrado en este país.
Buscando siempre la línea del mar nos metemos por estrechas y
sinuosas carreteras entre cocoteros.
Malasia tiene una temperatura media de 30º y la estación de
lluvias o monzones es distinta en cada costa. Las lluvias llegan al este entre
mayo y septiembre y en la costa oeste por donde ahora circulamos es entre
noviembre y febrero. Están en todo su apogeo y todos los días tenemos alguna
tormenta.
Ya cerca de la frontera con Tailandia abandonamos la costa,
cruzando las montañas centrales, donde el monzón descarga un fuerte aguacero.
Ahora enlazamos con la autopista que se dirige a la frontera
tailandesa. Las fuertes lluvias y vientos han derribado numerosos árboles y la
circulación está colapsada.
Filopensamientos y otras cosas………
La costa oriental malaya ha sido, para nosotros, la zona más
bonita del país.
Es una Malasia menos desarrollada, con un
apreciable retraso en la evolución económica en comparación con el resto del
país. Por ello, mucho más pura y exótica.
En esta costa se concentran las mejores playas de arena blanca
y las islas albergan algunas de las mejores zonas de inmersión.
A nivel general, Malasia es un país de gente hospitalaria y
amable, donde el viajero se siente seguro y querido. Tienen un elevado nivel
económico y cultural, que hace que casi todo el mundo hable inglés.
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