martes, 26 de enero de 2016

Camboya.


La entrada en Camboya fue sencilla, el visado se obtiene en la misma frontera y cuesta 35$ para 30 días. Acostumbrados a otras fronteras en las que nos registraban todo el camión, en el sureste asiático es suficiente el trámite administrativo.




Como viene ocurriendo en todo estos países, la mayoría de la gente come en la calle en improvisados restaurantes. Hasta en la frontera existen para el trasiego de personas de un país a otro.







En los primeros kilómetros nos encontramos con una carretera de tierra rota y bacheada a causa de las lluvias.







Nos dirigimos hacia el sur llevando en paralelo al rio Mekong, que sigue alimentándose de caudalosos afluentes.




La apartada y remota región del norte alberga una población eminentemente rural, que se aferra a su tradicional modo de vida.







Estamos en octubre el mes más lluvioso del monzón. Todos los días las nubes descargan durante varias horas y algunas veces el agua cae con tal virulencia que hace desaparecer la carretera.







Mucha gente opta por vivir en casa flotantes en los numerosos ríos, dedicándose a la pesca, una importante fuente de alimentación.







Durante el monzón la llanura central se inunda y las casas sobre palafitos son la mejor solución, aunque algunas nos parecen algo desproporcionadas.




Dado el estado de las carreteras, el paso por algunos pueblos también se complica.




Por todo el país vemos pequeñas motos que tiran de enormes y pesados remolques. La necesidad hace que la imaginación invente soluciones de lo más curiosas.










A unos 500 km. de la frontera llegamos a la capital. Phnom Penh es una metrópolis desordenada, llena de scooters, tuk-tuk y ostentosos todoterrenos que colapsan la ciudad a las horas punta.




Una ciudad de contrastes entre coloridos mercados tradicionales y modernos centros comerciales.




En la entrada de la ciudad, en la nacional 6, se encuentra Envotech. Este concesionario de Land Rover está regentado por un noruego afincado en Camboya, muy hospitalario con los viajeros. Además es un buen taller para reparar. (N 11º 37’ 15.2’’ E 104º 55’ 30.8’’)




En el aeropuerto recogimos a mi hija Maria y a su novio David, que venían a pasar unos días con nosotros.




Ahora nos dirigimos al santuario de Phnom Santuk, a 146 km. al norte Phnom Penh. Es la montaña más sagrada de esta provincia, a la cual se asciende por una escalera de 809 peldaños.




En la cumbre de la montaña, excavado en la piedra están esculpidas varias y grandes estatuas de Buda.










Las vistas desde la cumbre son formidables y suponen un agradable cambio con respecto a las infinitas llanuras de arrozales.




Los campos de arroz y la lluvia siempre están presentes como telón de fondo en nuestro recorrido por este país.







A lo largo de la carretera encontramos artesanos de la piedra que trabajan y exponen sus esculturas budistas.







Nuestra próxima visita es el complejo de templos de Sambor Prei Kuk del siglo VII.







Desperdigadas por una extensa área de selva semidespejada, las ruinas son todo lo que queda de la antigua capital de Isanapura.







El rasgo distintivo de Sambor Prei Kuk son sus numerosas Prasat (torres octogonales). A pesar de ser estranguladas por las raíces de los banianos, algunas de estas torres están en excelentes condiciones y conservan sus dinteles, columnas y pilastras.







Lo mejor que tiene el viajar con la casa a cuestas es la opción de acampar en los mejores sitios junto a ruinas, playas o ríos. Hoy en la entrada de este complejo histórico.




Los más pequeños disfrutan las piscinas naturales creadas por las lluvias.




La religión oficial  es el budismo de Theravada. Sin embargo, esta religión en Camboya tiene un fuerte elemento hinduista debido a la larga historia hindú del país. Camboya fue entre los siglos I y XIV básicamente hinduista y  cambió al budismo por un decreto real.
En la entrada de algunas casas, unos muñecos espantan los malos espíritus.




El centro de Camboya es una llanura alrededor del lago Tonlé, que nosotros vamos circunvalando en sentido contrario a las agujas del reloj. Unos 6 km antes de Siem Riap llegamos al pueblo de Roluos, donde se construyeron los primeros templos de la región de Angkor.










Mapas del recorrido.








Filopensamientos y otras cosas…………

Camboya es un país situado en el centro del sureste asiático. Limita al norte con Laos, al este con Vietnam, al oeste con Tailandia y al sur con el Mar de China.

Es la nación étnicamente más homogénea del mundo, pues el 95% de su población la constituye la etnia jemer.

Los jemeres se proclaman orgullosos descendientes de la gran civilización de Angkor, símbolo de la nación y llegaron a controlar gran parte de los actuales estado de Tailandia y Vietnam.

Pero Camboya también tiene un tumultuoso pasado, desde el esplendor del imperio jemer entre los siglos IX al XIV, a la brutalidad de los jemeres rojos liderados por Pol Pot en 1975 que abolió el dinero, la propiedad privada, las escuelas, las leyes, las prácticas religiosas, los mercados y la libertad de movimientos.

Un millón y medio de personas fueron asesinadas en los tres años y ocho meses que duro su mandato.


En 1989 el país pasó a llamarse Estado de Camboya y renuncio al marxismo leninismo. 

martes, 12 de enero de 2016

Laos, el Mekong.


Dejamos atrás la cueva de Kong Lor y su bello valle continuando nuestro viaje hacia el sur.




La ciudad de Thakhek a orillas del Mekong es nuestra siguiente parada. Fue fundada por los franceses en 1920 y no tiene mayor interés salvo el paseo por el rio bajo la sombra de enormes arboles.







A unos seis kilómetros al sur de la ciudad se encuentra That Sikhot, una estupa con forma de capullo de loto y un templo. La estupa data del periodo jemer, los cuales dominaron estas tierras entre los siglos VI y X.







Unos 15 Km. al este de la ciudad quisimos visitar unas cuevas pero la carretera estaba cortada. En el camino encontramos una pequeña escuela,  que curiosamente aunque no estaba el profesor todos los niños trabajaban en sus pupitres.







Dejamos el rio Mekong que delimita al país por el oeste con Tailandia y con rumbo este nos dirigimos hacia la frontera con Vietnam.







Seguimos viendo como, en este medio rural, el carbón es su principal combustible. Muchas familias tienen su propia carbonera.







Y son muchos los lugares de venta a lo largo de la carretera.




En este ambiente rural, normalmente cerca de las viviendas tienen un estanque que aunque parezca extraño, les provee de pescado. Allí también  se bañan los niños y los búfalos.







Después de 213 km. llegamos a la frontera de Vietnam de Lao Bao. Lo peor de viajar por el mundo son la cantidad de visados, permisos y documentos necesarios para acceder a algunos países, especialmente complicados tanto los musulmanes más radicales como los comunistas. Aquí el problema está en el vehículo, no tienen reglamentación para poder pasar vehículos extranjeros. Aunque intentamos convencerlos, sabiendo que algunos viajeros habían entrado por otras fronteras, no hubo manera y tuvimos que darnos la vuelta. En cuatro años viajando por África y Asia, esto solo nos ha pasado en Arabia Saudí y en Vietnam.




Casualmente allí nos encontramos con Tino, un motero alemán con el cruzamos Myanmar hace cinco meses. Tampoco a él lo dejaron pasar.




Tenemos que hacer nuevos planes, ahora nos dirigiremos hacia Camboya, teniendo que desandar los 213 km. para volver a la carretera hacia el sur.







Pero como no hay mal que por bien no venga, ahora tenemos la oportunidad de seguir hacia  Pakse y allí cruzar el gran Mekong para dirigirnos a las interesantes ruinas de Champasak.




El templo de montaña de Champasak se fundó en la época del imperio Champa entre los siglos V al VIII. Hoy sus restos son patrimonio de la humanidad.







Sin embargo la mayoría de los edificios se construyeron a principios del siglo IX, en el periodo previo a Angkor.










En el conjunto destacan los elaborados dinteles del templo principal con intrincadas tallas que representan a las deidades hinduistas y budistas.







Una calzada de piedra con altos mojones unía este templo con los de Angkor en Camboya, separados unos 300 km.







Estas antiguas ruinas también son utilizadas para hacer las fotos de boda de los novios con sus trajes tradicionales.




En las zonas rurales hay pocas y pobres escuelas pero en las ciudades más prosperas son muchos los niños que están escolarizados. A la salida del colegio, verdaderas bandadas en bicicleta llenan los caminos. Aunque la asignatura pendiente sigue siendo el inglés.










A unos 22 km. de Champasak, en la ribera del Mekong, encontramos a un viajero ingles que ha echado raíces en este país. Con el compartimos anécdotas de viajes y unas buenas cervezas.







En un bonito lugar a la orilla del rio está construyendo unas cabañas, que pronto serán un bonito resort, donde tengan cabida los viajeros. (N 15º 00’ 17.5’’ E 105º 51’ 54.5’’)




En algunos lugares todavía se utilizan viejos transbordadores para cruzar el rio.







Siguiendo hacia el sur y cerca de la frontera con Camboya, en el rio Mekong, se encuentra el archipiélago de Si Phan Don o de las Cuatro mil islas.







En el extremo sur están las enormes cataratas de Khon Phapeng.







Estas estruendosas cataratas, las más grandes del Mekong y una de las mayores del sureste asiático, tienen de volumen lo que les falta de altura, teniendo en cuenta además, que la fotografía solo es de un brazo del rio.




Los habitantes de estas islas tienen un modo de vida autosuficiente basada en la pesca, el cultivo de arroz y otros alimentos. Allí donde las aguas son más bravas, una serie de cables les facilitan el paso a pequeños islotes donde tienen sus artilugios de pesca.








Dejamos las cascadas al caer la tarde, con los últimos rayos de sol.





Al día siguiente cruzamos la frontera sur de Laos con Camboya.




Mapas del recorrido.










Filopensamientos y otras cosas………..

El impresionante Mekong nace en la elevada meseta tibetana, es el duodécimo rio más largo del mundo con 4361 km. que fluye formando meandros y cruza China, Myanmar, Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam.

Sus ricas aguas arrastran sedimentos que fertilizan y riegan innumerables campos de arroz y albergan gran cantidad y variedad de peces, algunos de extraordinario tamaño como la raya gigante del Mekong que puede llegar a medir 4 m. de envergadura. También en sus aguas se cría el mayor siluro del mundo.

Cerca de la frontera con Camboya viven los delfines Irrawady que están considerados sagrados por los laosianos.


En el mar de China meridional vierte sus aguas formando su famoso y extenso delta. Un intrincado laberinto de 2800 km. conforma el sistema de canales en su desembocadura.