jueves, 5 de noviembre de 2015

Myanmar, del lago Inle a la frontera Tailandesa.


Dejamos Mandalay al amanecer. La etapa de hoy hasta NyaungShwe es de 239 km. Nos precede en su furgoneta el alemán Manuel que se traslada a vivir a Camboya con su perro Suka.







El diseño de este curioso restaurante, imitando a un barco real, es un buen reclamo publicitario.




También nos llama la atención la construcción artesanal de estas furgonetas con el añadido de un pequeño motor de tractor, muy popular en todo el país.







El paisaje de Myanmar es monótono y con pocos elementos paisajísticos dignos de fotografiar.







Entrando en la ciudad de NyaungShwe nos paramos a fotografiar este templo al mismo tiempo que los italianos Alessadro y Teresa.




Esta ciudad es muy visitada por encontrarse a las orillas del lago Inle.







Este lago está situado a 900 metros sobre el nivel del mar, es un ensanchamiento del rio de 25 km.







En una estrecha y fina canoa, impulsada por un clásico motor honda de generador, al que le han acoplado un largo eje, nos vamos a recorrer el lago.







La  singularidad de esta vida lacustre es debida a que todo transcurre en el interior del lago, aqui se encuentran sus casas, sus cultivos, sus mercados, sus templos……..







Los cultivos se realizan sobre una base de algas que flotan, creando unos huertos flotantes.







Quizás los mas fotografiado de este lago sean los pescadores, que han desarrollado un perfecto equilibrio para manejar el remo con la pierna y poder utilizar las dos manos con los artes de pesca.










La pagoda PhaungDawOo es muy venereda pues contiene cinco pequeñas imágenes de Buda, que datan del siglo XII.



En esta ciudad sobre palafitos también conocimos a las mujeres jirafa que en sus telares trabajan la fibra de loto creando la llamada seda de Inle.







Estas mujeres, se van poniendo aros de metal alrededor del cuello, consiguiendo con los años ese cuello de jirafa que es símbolo de belleza entre los miembros de su tribu.







Con mucho pesar dejamos esta curiosa vida sobre el agua, con sus palafitos y sus cultivos flotantes, solo disponemos de 10 días en este tour organizado.




Nuestro próximo destino es la ciudad de Naypyitaw. Cruzamos numerosos pueblos donde se desarrolla ese pequeño comercio que mantiene a la mayoría de la población, vendiendo cada uno lo que produce.




En uno de estos bulliciosos pueblos, uno de los moteros del grupo tuvo un pequeño accidente con dos motos locales, ocasionando un gran revuelo.




En estos países los seguros no funcionan, siempre hay que llegar a un acuerdo entre las partes y la policía, aunque esta se inclina por los suyos, como los más desfavorecidos. Al final se acuerda un precio que normalmente no es excesivo. El resto del grupo esperamos en el bar tomando una especie de  churros locales.







Mientras nos observan con mucha curiosidad este simpático grupo de pequeñas novicias budistas.




La antigua Birmania, además de cambiar de nombre, también cambió la sede de la capital administrativa con la nueva Constitución del 2008. Naypyitaw es una ciudad fantasma de grandes avenidas, donde prácticamente no circula ningún vehículo, y grandes hoteles sin huéspedes a la espera de que la capital funcione como tal.




En nuestro gran hotel, también vacio, preferimos organizar una cena picnic en sus jardines. Los italianos nos deleitaron con una autentica pasta.




Dejamos la capital dirigiéndonos hacia el sur. La mayoría de la vida birmana se desarrolla en el ámbito rural.










Unos kilómetros antes de Kyaikto cruzamos el rio Sittaung muy cerca de su desembocadura en el mar de Andaman en el océano Índico.




Esta ciudad es la más visitada por los peregrinos budistas atraídos por la pequeña estupa de Kyaikhtiyoe y su gran roca sagrada.







La estupa está situada a 1100 m de altura y se accede a ella por una empinadísima carretera, donde solo transitan los camiones que suben a los peregrinos. Es tal la afluencia de peregrinos que se han creado unos muelles de carga, como si de ganado se tratara.







Esta roca sagrada se cree que se sostiene en equilibrio sustentada por un pelo de Buda. La ofrenda habitual es cubrirla con finísimas láminas de oro que solo las pueden poner los hombres.







Como es posible que todo el mundo haya sucumbido a la telefonía móvil???




De Kyaikto a la frontera nos separan 300 km. con rumbo sureste.







No nos dejan muy buen recuerdo los últimos 100 km. con una estrecha carretera de curvas que atraviesa un peligroso puerto de montaña.







Antes de pasar la frontera y como despedida nos hicimos la típica foto de grupo.




Por esta puerta en la ciudad de Myawaddy dejamos Myanmar.




Mapas del recorrido.











Filopensamientos y otras cosas……………….

Como ya dijimos en el anterior blog, Myanmar está cerrada al tránsito libre de los viajeros que acceden a este país en sus propios vehiculos. Esto es lo más penoso que le puede ocurrir a un viajero.

 “Un turista no sabe dónde está y un viajero no sabe a dónde va”

Para un viajero su libertad es su bien más preciado, por esto es tan difícil que dos viajeros vayan juntos. Un viajero no tiene billete de vuelta, ni reservas, ni siquiera una programación de su viaje.

Para nosotros, lo más importante es descubrir un lugar, una playa solitaria, una montaña perdida, un rio de aguas cristalinas, una aldea donde habita una etnia ancestral… y permanecer allí el tiempo que creamos necesario.

También visitamos esos celebres y publicitados monumentos donde concurren masivas tropas de turistas, pero siempre procuramos ir a las horas de menos trasiego o incluso por la noche, y si es posible pernoctamos en sus inmediaciones.

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