domingo, 12 de abril de 2015

China, transito hacia Pakistán.


Una vez terminados los tramites de salida de Kirguistán, hacemos unos kilómetros en tierra de nadie, con la carretera en bastante mal estado como casi siempre.




Llegamos a lo alto del puerto a 3774 m. y una imponente verja de acero inoxidable nos cierra el paso. Falta una hora para que abran y allí nos fuimos acumulando una larga fila de camiones, que después nos adelantaron ya que nuestro guía todavía no había llegado y sin él no puedes dar un paso por China.




Este solo era un primer control, que solvento nuestro guía con el montón de papeles que llevaba. La entrada al país como turista no es muy complicada, pero cambia mucho si lo quieres hacer con un vehículo propio.




Un mes antes de entrar en China hay que contratar una agencia que organice el viaje, hay que mandarle fotocopia de toda la documentación (vehículo y personas), así como el 30% de los 1600$ que costaban los cinco días de transito por una sola provincia, ya que se tiene que pagar por el numero de provincias que se cruce. A esto hay que añadirle los visados, 280$, los más caros que hemos pagado hasta ahora.







A 110 km. de la frontera es donde realmente hacemos los trámites de entrada. Todo con una meticulosidad y un orden exagerado, con una policía altiva y despectiva en el trato a los civiles.




Presentamos toda la documentación que había elaborado la agencia, nueva placa de matrícula (que no pusimos), carnet de conducir chino y permiso de circulación  (que nunca tuvimos que enseñar) y hasta una ficticia ITV que nunca pasamos. Una absurda burocracia para sacarte el dinero.
Nuestra agencia fue New land International TravelDong y su correo newlandtravel@hotmail.com.




Desde la frontera una buena carretera desciende lentamente por la provincia de Xinjiang hacia su capital  Kashgar, situada a 1350 m. de altitud.







Kashgar fue en la antigüedad una de las ciudades más importantes en la Ruta de la seda. En ella confluían los distintos caminos que desde Europa y Asia se adentraban en China.




Esta ciudad de 340.000 habitantes, aglutina su pasado mercantilista en sus numerosos bazares y sus bulliciosos barrios donde se cocina y se come al aire libre.







Modernos edificios y grandes avenidas, donde han desaparecido las bicicletas sustituidas por las nuevas motos eléctricas. Un peligro para los viandantes, ya que son numerosas las que circulan por las aceras y no se les oye.







Al caer la tarde la gente se echa a la calle llenando los bazares y los puestos de comida.







Poco queda de su pasado de más de 2000 años de historia y lo poco que queda, como los restos de las murallas, están en lamentable estado encajonadas entre edificios y como en este caso un establo de camellos.




Lo más destacable de su historia pasada es la mezquita Id Kah, llamada popularmente la mezquita amarilla.




Fue construida en 1442 y entre el patio y los jardines tiene una capacidad para 20.000 personas.




Nuestra salida de Kashgar coincidió con el día de mercado de animales. Las gentes de los pueblos van llegando con sus rebaños desde primera hora de la mañana.







A él acuden toda clase de animales desde los habituales cabras, vacas y ovejas a camellos bactrianos, yak, caballos…….










También se sacrifican algunos animales.







 Para abastecer de carne a los numerosos e improvisados restaurantes, donde los hombres negocian y cierran sus tratos.







Las empanadillas de carne picada, que se doran en las paredes de los hornos de leña, son el bocado más popular.




Atrás dejamos la ciudad y con rumbo sur nos dirigimos hacia el lago Karakul. Son numerosos los arcos en la carretera que continuamente hacen fotos a todos los coches que pasan. Son su policía de tráfico, aquí todo está controlado.




La visibilidad está reducida por el polvo que llega del cercano desierto de Taklamakan.




Pronto la carretera comienza su lenta ascensión entre montañas. Nos habían hablado de estos pasajes por su belleza, pero la construcción de la nueva carretera ha arruinado el cañón del rio Ghez.







Después de casi 100 km la naturaleza recobra su protagonismo y su paz. Aunque todavía el paisaje sigue estando velado por el polvo en suspensión del desierto.





Conforme ascendemos la visibilidad se vuelve más nítida. Cuando llegamos al lago Karakul a 195 km. de Kashgar y a 3670 m. de altitud, la belleza del paisaje es extraordinaria.








Durante todo el trayecto por China, tenemos que llevar con nosotros un guía, que controla todos nuestros movimientos. En el lago tuvimos que parar al lado de la yurta donde el dormía.





La carretera discurre por el Plateau del Pamir muy próxima a la ruta que hicimos por Tayikistán. Al otro lado del valle se yerguen majestuosos dos grandes colosos: el pico Kongur Shan de 7719 m. y el Muztagata de 7546 m.








Desde Kashgar hasta Islamabad en Pakistán, transcurre la que posiblemente sea la carretera mas mítica de la tierra, la Karakorum Highway.











Aunque Taxkurgan está a 130 km. de la frontera con Pakistán, es el pueblo más importante y donde se hacen los tramites de salida del país.





Esta pequeña ciudad se asienta en la ribera del rio Taxkurgan  a 3100 m. de altitud. En la actualidad se está excavando la antigua ciudad de piedra, importante hito en la Ruta de la Seda. Unos murales en piedra recuerdan su historia.





La noche antes de salir para la frontera descubrimos que uno de los burlones que sujeta las ballestas traseras estaba partido. Localizar un simple tornillo de 20 mm fue totalmente imposible. Después de pasar por todos los talleres del pueblo, encontramos un mecánico que adapto uno de mayor diámetro.





A primera hora de la mañana comenzamos los trámites de salida porque a las 12 se cierra la oficina de aduanas, después hay que recorrer 130 km. hasta Pakistán y se llegaría de noche. De nuevo nos choca la altivez y despotismo de la policía china, acostumbrada a tratar a sus súbditos como inferiores.
Nosotros no llevábamos visado de Pakistán,  es muy difícil obtenerlo y una agencia pakistaní nos lo iba hacer a la llegada. Los chinos quisieron confirmarlo llamando a la frontera, pero allí no había nadie pues no se nos esperaba hasta la tarde. Como consecuencia no nos dejan pasar. Tuvimos que volvernos a la ciudad y contactar con la agencia pakistaní (a pesar de que internet está muy restringido en China y nos costó mucho trabajo).
Al día siguiente después de la comprobación oficial, nos dejaron salir de la ciudad camino de la frontera.





Aquí por fin nos despedimos del guía y aunque éramos libres, solo teníamos ese día para disfrutar de los 130 km. de esta mítica carretera de montaña. Antes de las cinco de la tarde había que entrar en Pakistán.








La cordillera del Karakorum nos cierra el paso y la carretera asciende serpenteando por unos soberbios paisajes hacia el techo del mundo.








Unos kilómetros antes de la frontera pasamos el último control.





Poco después culminamos el legendario paso de Khunjerab a 4730 m. de altitud, aunque nuestro GPS marca un poco menos. Aquí los chinos están construyendo un espectacular arco.





Mapas del recorrido.












Filopensamientos y otras cosas……….

Kashgar es la capital de la provincia Xinjiang el Turquestán chino de mayoría musulmana.
Era un oasis en el extremo oeste del desierto de Taklamatan, “ el peor y más peligroso del mundo” según el explorador sueco Suen Hedyn, no en vano  Taklamatan quiere decir en turco “ entraras pero no saldrás”, donde confluían las distintas rutas de la seda antes de adentrarse en los remotos reinos prohibidos.

Kashgar se encuentra encajonada entre el desierto de Taklamatan  y las cordilleras de Tian Shan,  Pamir  y Kundum que forman un callejón sin salida. A pesar de lo aislado del lugar, este oasis fue uno de los puntos más importantes de la ruta de la seda y ha sido ambicionado por todos los imperios.


3 comentarios:

  1. Paisajes impresionantes. Muy buena la información práctica. ¡A seguir distrutando!

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  2. Magnificas fotos Evaristo, ya me gustaría hacer las fotos con mi cámara....saludos

    Wily Godinez

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  3. Sigo vuestro recorrido cuando el tiempo de trabajo me lo permite. Suerte y a seguir la gran travesía.

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