jueves, 17 de noviembre de 2011

La Casamance

Nuestra incultura sobre este nombre se resumía en el Casamance 44, un modelo de catamarán de Fontaine Payot que hace muchos años estábamos enamorados de él. Hoy la Casamance es una región al sur de Senegal que le da nombre el rio que la cruza y es sin lugar a dudas el sitio más bonito y las gentes mas hospitalarias que hemos conocido en este país.




Este rio se ramifica en multitud de canales, lagunas y zonas inundadas que con una temperatura y una humedad alta, dan lugar a una vegetación exuberante.


Las pistas de tierra roja africanas que siempre están en la mente de los amantes del todo terreno son para nosotros un grato descubrimiento y nos llevaran a visitar los lugares más recónditos y apartados, lejos del bullicio de las grandes ciudades y de las zonas turísticas.




Con nuestra filosofía de siempre, o sea Al Tum Tum, recalamos un día antes de la gran fiesta de la Tabaski en el pueblecito de Koubalan en el corazón de esta región, donde nos instalamos como únicos clientes en un campamento próximo al rio.




Con las gentes de este pueblo pasamos su fiesta del cordero y fuimos invitados a participar en ella, ya que según su tradición es una fiesta familiar en la que todo el mundo participa y es bien recibido. A primera hora de la mañana se reúnen los hombres del pueblo y algunas mujeres mayores para el rezo. Como son muchos y no caben en la mezquita este se hace al aire libre, a la sombra de unos árboles centenarios.







Terminados los rezos todos vuelven a sus casas para matar al cordero de la forma tradicional musulmana. El cordero se degüella echando la sangre en un agujero en la tierra, donde es enterrada para no dejar rastro de ella.


Después se desuella y se trocea para que las mujeres empiecen a cocinarlo.








Esa misma tarde comienzan las danzas y los tambores no dejan de sonar en estos días de fiesta.




Continuamos hacia otro poblado, siempre conduciendo de día pues las carreteras de esta región las controlan los militares y las cierran al tráfico desde las ocho y media de la tarde hasta el amanecer. Esto es debido a los rebeldes independentistas que asaltan en busca de comida y dinero tanto a los poblados como a los vehículos. Son diversos los sistemas utilizados como se ve en las fotos.
                          
En el siguiente poblado la fiesta continua, esta es para enseñarles a los más jóvenes la disciplina y el orden que después les serviría para moverse por el bosque.




Sin lugar a dudas lo más bonito que hemos visto de Senegal es la Casamance, de una aldea a otra una vegetación exuberante nos rodea guiados por las marcadas pistas rojas africanas.






Llevándonos a los poblados más apartados.




Con sus plantaciones de arroz.



Es raro levantar la vista al cielo y no ver el vuelo de alguna de las muchas rapaces que por aquí habitan.




Para terminar nuestro recorrido por el sur de Senegal de nuevo volvemos a las playas del Atlántico, donde nos volvemos a encontrar poblados que continúan la fiesta.




Con esta puesta de sol nos despedimos de la Casamance.             
Regresamos a Dakar para dejar el camión y volar a España donde pasaremos la Navidad, aunque a finales de año tenemos que salir con el camión del país pues finaliza el visado.


Filopensamientos y otras cosas

En Senegal nunca se tiene la sensación de estar solo. Aunque son quince millones de habitantes en un territorio de algo menos de doscientos mil kilómetros cuadrados, están tan diseminados en pequeños poblados y aldeas, tan próximos unos a otros que siempre hay alguien a la vista.
Se sigue practicando la poligamia y el índice de natalidad de 5,1 hijos es de los más altos del mundo. Hay niños por todas partes.
El interior es una sabana plana salpicada de pequeños cultivos. La costa es más interesante, sobre todo las playas del sur, que también son las más turísticas.
La región de la Casamance es sin duda lo que más nos ha gustado de todo el recorrido que hemos hecho por este país. No solo han sido muy interesantes sus bosques con grandes árboles, sus plantaciones de arroz, sus ríos… sino también y sobre todo el comportamiento que los habitantes de estos poblados han tenido con nosotros.